Imagina una tarde polvorienta en el centro de uno de los muchos pueblos pequeños de Guanacaste. La festividad anual del santo patrón del pueblo está en pleno apogeo. Sabaneros, montados con orgullo en caballos meticulosamente criados y entrenados se inclinan hacia un lado en sus monturas de cuero artesanales, bebiendo cerveza caliente. Una pequeña banda de bronce con instrumentos abollados y entusiasmo bullicioso entona una animada melodía. Mujeres, niños, campesinos y borrachos se apiñan alrededor, saltando al ritmo de la música.
De repente, la banda se detiene repentinamente. Alguien echa la cabeza hacia atrás, empuja el pecho hacia adelante y suelta un verso corto y rítmico:
Soy como el pájaro cuervo,
pájaro que no hace nido,
pájaro que pone un huevo
y otro pájaro lo cuida.
Tan rápido como vino, la música vuelve a sonar, mientras el intérprete espontáneo y gran parte de su audiencia gritan el distintivo llamado de Guanacaste: uy uy uy uy uy, entre risas y aullidos de aprobación o desaprobación.
Eso, querido lector, fue una bomba, una tradición lanzada como un petardo verbal en medio de cualquier buena fiesta guanacasteca. Pero la verdad es que no es necesario viajar a Guanacaste solo para presenciar el espectáculo. Las bombas se lanzan a nivel nacional, y según un experto, tienen raíces y representación en muchas regiones, aunque la tradición está más comúnmente asociada con la provincia del noroeste.
“La rima y el verso es una tradición que proviene de España, y antes de eso, de los moros, creo, y se ha extendido por toda América Latina”, explica Walter Quesada, un experto recomendado por el Ministerio de Cultura en bombas. “En Costa Rica, donde ha sido más común es en Guanacaste, pero también en el Valle Central.”
Las bombas, también conocidas como coplas, se usaban tradicionalmente para hablar y elogiar la región y la cultura de uno, dice Quesada.
“La monta de toros, la equitación, las playas de Guanacaste”, enumera Quesada. “Pero más recientemente, estas rimas también han tomado una dirección diferente. También se usan para llamar la atención sobre cosas políticas o sociales. Es una manera de ridiculizar cosas, burlarse de políticos o criticar la política.”
Todo esto en versos cortos de cuatro, ocasionalmente seis líneas, con una variedad de patrones de rima: la segunda línea con la cuarta; la primera línea con la tercera y la segunda línea con la cuarta; o simplemente la primera línea con la última. “Normalmente, se hacen en festivales. Antes no había toda la maquinaria y los juegos. La gente se reunía en una cantina, o donde hubiera baile. Las bombas han sido utilizadas especialmente durante las festividades del santo patrón de cada pueblo”, explica el experto en bombas.
“El coplero (una persona bien practicada en el arte de las coplas o bombas) va de casa en casa, con músicos, o a veces con payasos (muñecos tradicionales de gran tamaño usados sobre el torso), pidiendo dinero para las festividades.”
Un buen coplero, continúa Quesada, es alguien que, además de poder producir bombas espontáneas y rimadas, también conoce a todos en la comunidad y, lo que es más importante, sus negocios.
“El coplero sabe todo lo que está sucediendo en una comunidad, y así cuando hace su bomba, toma cosas de las comunidades y las convierte en verso: si esta persona acaba de matar un cerdo, o si esa persona acaba de vender una vaca”, explica Quesada. “Lo que otras personas ven como normal, para aquellos de nosotros que hacemos coplas, es un motivo para improvisar un verso. Ver a alguien con la mano entre las piernas es normal, pero para nosotros es una oportunidad para hacer algo burlesco, algo provocativo.”
Las bombas también pueden ser más desafiantes, con dos copleros enfrentándose entre sí, utilizando su arte para entretener a una audiencia a expensas de su rival. “Sacan temas sobre la madre del otro, su hermana, a veces terminando en peleas. Al final, pueden resultar ofensivos”, dice Quesada.
Las bombas también están apareciendo en otros aspectos de la sociedad costarricense. En una reciente marcha de protesta en el centro de San José, un manifestante lanzó bombas contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (CAFTA) a través de un sistema de megafonía en una camioneta.
“En los últimos años, las personas han estado haciendo bombas sobre cosas políticas y sociales: programas gubernamentales, el uso de teléfonos celulares, la forma en que damos direcciones. Se puede ser crítico a través de los versos”, explica Quesada.
Como la música, la escultura, la poesía, la habilidad para crear y presentar bombas es algo que una persona tiene o no tiene, algo con lo que nacen, afirma el experto.
“Y al presentar coplas, jóvenes, ancianos, nacionales o extranjeros, aquellos que pueden entender un poco de español, se ríen, porque admiran la improvisación”, opina Quesada. “Es una experiencia hermosa.”
Una Muestra de Bombas
Español | Inglés |
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Ayer pasé por tu casa | Ayer pasé por tu casa |
Me tiraste una flor | Me tiraste una flor |
La próxima vez | La próxima vez |
Sin maceta por favor | Sin maceta por favor |
Dicen q’el amor es ciego | Dicen q’el amor es ciego |
Hay q’ser realista | Hay q’ser realista |
Si el amor es ciego | Si el amor es ciego |
El matrimonio le devuelva la vista | El matrimonio le devuelva la vista |
Los hombres y los pericos | Los hombres y los pericos |
Tiene cierto parecido | Tiene cierto parecido |
Que entre más viejos se ponen | Que entre más viejos se ponen |
Más verdes son los bandidos | Más verdes son los bandidos |
Sabanero, sabanero | Sabanero, sabanero |
Sabanero sin sábana | Sabanero sin sábana |
A mi cama no se anima | A mi cama no se anima |
Ningún hijo de tu mamá | Ningún hijo de tu mamá |
No me gusta la zanahoria | No me gusta la zanahoria |
Ni tampoco la remolacha | Ni tampoco la remolacha |
Yo no vengo por las viejas | Yo no vengo por las viejas |
Sino por las muchachas | Sino por las muchachas |
Hoy en día, la tradición de las bombas continúa viva, evolucionando y adaptándose siempre a los tiempos modernos manteniendo sus raíces en nuestra cultura. Ya sea en reuniones festivas o en protestas políticas, estas animadas rimas proporcionan una plataforma para el humor, la crítica y el comentario social.
A través del ingenio rápido de un talentoso coplero, los eventos cotidianos se transforman en versos que entretienen, provocan el pensamiento y fomentan un sentido compartido de comunidad. Mientras las bombas siguen resonando por las calles de Costa Rica, sirven como un recordatorio de nuestra vibrante herencia, fusionando el pasado con el presente en una celebración de la creatividad y el orgullo cultural.