Panamá enfrenta una elección presidencial crucial en medio de la controversia

Los panameños comenzaron a votar hoy en unas elecciones generales agitadas por el polémico ex presidente Ricardo Martinelli, cuyo protegido es el favorito para ganar la presidencia de un país cargado de corrupción y un sombrío panorama económico y social.

Se formaron filas de votantes temprano en los centros de votación, que abrieron a las 07:00 hora local con el izado de la bandera de Panamá en el Tribunal Electoral.

Ocho candidatos compiten por el poder, pero el foco está en José Raúl Mulino, candidato del partido Realizando Metas (RM, fundado por Martinelli), quien lidera a sus tres rivales más cercanos por unos 20 puntos, según las encuestas.

El ex presidente socialdemócrata Martín Torrijos, hijo del General Omar Torrijos que negoció con Washington la entrega del Canal de Panamá, y los abogados de centro-derecha Rómulo Roux y Ricardo Lombana, son vistos como posibles sorpresas.

Mulino, un abogado de 64 años de derecha con fuerte carácter y cabello gris, reemplazó a Martinelli después de que fuera descalificado como candidato tras la ratificación de una condena en su contra por lavado de dinero.

Después de votar temprano el domingo, Mulino planea visitar al magnate de 74 años en la embajada de Nicaragua, donde solicitó asilo en febrero debido a su inminente captura.

A solo dos días de la votación, la Corte Suprema de Justicia respaldó la candidatura de Mulino, la cual había sido impugnada por no haber pasado por primarias ni tener un vicepresidente en la boleta.

Además de elegir un gobernante para los próximos cinco años en elecciones de una sola vuelta, tres millones de los 4.4 millones de panameños están llamados a elegir 71 diputados y gobiernos locales.

¿Triunfo de la Impunidad?

En un país sin partidos de izquierda, los candidatos con más opciones presentaron planes de gobierno muy similares y, además de ofrecer empleo masivo y dinamismo económico, prometieron reformas constitucionales para terminar con la corrupción.

El presidente Laurentino Cortizo, del Partido Revolucionario Democrático (PRD, socialdemócrata), deja el poder abucheado por el escandaloso pago de jugosas becas estatales a políticos y sus familiares. Esta vez, el candidato oficial, José Gabriel Carrizo, tiene poco respaldo en las encuestas.

Aunque hay un evidente cansancio de la corrupción en las calles, es paradójico que Martinelli, acusado de espionaje telefónico y sobornos de la empresa constructora brasileña Odebrecht, goce de gran popularidad.

“Será el triunfo de la impunidad”, dijo Lina Vega, presidenta de Transparencia Internacional en Panamá, dada la real posibilidad de que Mulino le conceda un salvoconducto para viajar a Nicaragua.

Pero muchos panameños añoran el auge económico del gobierno del dueño de una cadena de supermercados (2009-2014), impulsado por obras de infraestructura como la ampliación del Canal de Panamá y el primer metro de Centroamérica.

El Canal y las Finanzas

A pesar de que la economía creció un 7.3% en 2023, este año se desacelerará al 2.5% según el FMI, golpeada por la sequía que afecta al canal y el cierre de una mina de cobre tras masivas protestas en defensa del medio ambiente.

Amenazando su competitividad, el canal redujo el tráfico de barcos debido a los bajos niveles de agua; mientras que la empresa minera canadiense, que generaba cerca de 40,000 empleos y el 5% del PIB, inició litigios para reclamar $20 mil millones en compensación. Cortizo deja un déficit fiscal del 7.4%, una deuda pública de $50 mil millones y un sistema de seguridad social colapsado.

“La situación fiscal y económica es muy compleja. Sin embargo, hay una impresionante desconexión y negación entre los votantes y algunos candidatos con la realidad”, dijo el economista Felipe Chapman.

En su opinión, el próximo presidente, quien posiblemente tenga que lidiar con un parlamento fragmentado, deberá tomar medidas de ajuste “difíciles” y luego enfocarse en el crecimiento económico con progreso social.

Las Dos Panamás

En el país con uno de los PIB per cápita más altos de América Latina, coexisten dos Panamás: uno con rascacielos, lujosos apartamentos y carreteras avanzadas en su capital, y otro con comunidades que carecen de agua potable, electricidad, educación, servicios de salud e incluso recolección de basura.

“Panamá sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo”, según un informe de abril del Banco Mundial. Aunque está en su territorio, el drama humanitario de la peligrosa selva del Darién, por la que pasaron medio millón de migrantes en 2023, no parece conmover a los panameños ni a los candidatos.

Mulino, conocido por ser autoritario, prometió “cerrar el Darién”, y sus oponentes no fueron más allá de decir que controlarán la situación. La elección presidencial se decide por mayoría simple. Las urnas cerrarán a las 16:00 hora local (21:00 GMT).

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