El alemán Alexander Zverev, derrotado por Carlos Alcaraz en la final de Roland Garros este domingo, se consoló afirmando que dio todo lo que pudo en el partido pero se encontró con un rival que es “una bestia” y “un animal” en este deporte.
“Esta vez di todo lo que pude”, dijo Zverev, quien tuvo ventaja en el partido antes de terminar perdiendo 6-3, 2-6, 5-7, 6-1, 6-2, después de 4 horas y 19 minutos de juego.
Fue la segunda final de Grand Slam en la que compitió y la segunda derrota. La primera fue en 2020 en el US Open, donde fue derrotado por el austriaco Dominic Thiem. “En el US Open, sentí que me dejé llevar. Hoy fue diferente”, dijo.
El tenista alemán de 27 años elogió el nivel de su joven rival, de 21, quien el domingo se convirtió en el jugador más joven en la historia en ganar torneos de Grand Slam en las tres superficies (pista dura, hierba y ahora arcilla).
“Jugó de manera fantástica. Jugó mejor que yo en los cuartos y quintos sets. Él es un monstruo, un animal. La intensidad con la que juega al tenis es diferente a la de los demás”, enfatizó.
“Desde el cuarto set en adelante, no tenía fuerza en las piernas al sacar. Durante tres sets, jugamos a un buen nivel, luego bajé mi rendimiento”, indicó.
Para Zverev, hubo un momento letal para sus intereses cuando Alcaraz pudo haber cometido una doble falta teniendo Zverev un punto de quiebre, pero el árbitro dictaminó que su saque tocó la línea. De potencialmente igualar a 2-2 en el quinto set, terminó abajo 3-1, ya que Alcaraz terminó ganando ese juego.
“Eso marcó la diferencia. Es frustrante para mí, pero es lo que hay. Los árbitros pueden cometer errores; son humanos, entiendo eso. Pero en tales situaciones, deseas que no haya errores”, indicó.
