Nicaragua cerró 169 ONG el jueves, incluida la organización de protección infantil Save the Children, en una nueva represión por parte del gobierno del presidente Daniel Ortega contra grupos de la sociedad civil. Entre las organizaciones cerradas se encontraban unas 90 iglesias y asociaciones evangélicas, alrededor de 40 asociaciones de ganaderos, una entidad católica, un grupo de académicos jubilados y la Fundación contra el Cáncer y el SIDA.
El Ministerio del Interior ordenó “la cancelación de personalidad jurídica y registro de 169 organizaciones sin fines de lucro por no cumplir con las leyes”, según una resolución publicada en el periódico oficial, La Gaceta. Según la legislación actual, sus activos se transferirán al estado. Con estos cierres, el número de organizaciones no gubernamentales cerradas por el gobierno de Ortega en los últimos seis años ha aumentado a casi 5,500.
El gobierno de Ortega, junto con su poderosa esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, intensificó las leyes contra las ONG después de las protestas de la oposición en 2018, que dejaron más de 300 muertos en tres meses, según la ONU. Hace nueve días, el gobierno cerró 1,500 ONG, la mayoría de ellas religiosas, en una medida descrita como “extremadamente alarmante” por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
Ortega, un ex guerrillero de 78 años que gobernó Nicaragua en la década de 1980 y ha vuelto al poder desde 2007, afirma que las ONG, especialmente la Iglesia Católica, apoyaron las protestas, a las que considera un intento de golpe de Estado patrocinado por Washington.
Además, el 22 de agosto entró en vigencia una nueva ley en Nicaragua que requiere que las iglesias paguen impuestos y establece que las ONG solo pueden operar en “alianzas de colaboración” con entidades estatales.
El gobierno de Ortega, que enfrenta sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea por lo que describen como medidas autoritarias, también ha cerrado estaciones de radio y universidades católicas.
