El Parque Nacional Corcovado, uno de los lugares más biodiversos de la Tierra, está bajo una grave amenaza debido a la minería ilegal de oro, una actividad que ha alcanzado niveles alarmantes y está poniendo en peligro el delicado ecosistema del parque. Esta crisis es impulsada por grupos criminales que explotan los bosques remotos y densos de Corcovado como la cobertura perfecta para sus operaciones ilegales.
Las autoridades informan que cada gramo de oro extraído ilegalmente actualmente se vende por ₡28,000 colones (aproximadamente $52), un precio lucrativo que ha atraído a un aumento de mineros ilegales al área. Los altos beneficios han convertido esta actividad ilícita en un imán para aquellos dispuestos a arriesgar la destrucción del parque por ganancias financieras.
“Tenemos información de que las personas están trabajando en túneles dentro del Parque Nacional utilizando equipos sofisticados, incluidas plantas eléctricas, herramientas eléctricas para romper rocas y detectores de metales”, dijo Sergio Torres, jefe del Programa de Prevención, Control y Protección.
La minería ilegal de oro en Corcovado no es un problema nuevo, pero ha evolucionado hacia una operación altamente organizada. Las organizaciones criminales están reclutando trabajadores, a menudo de comunidades vulnerables, y estableciendo campamentos bien equipados en lo profundo del parque. Estos campamentos permiten a los mineros quedarse durante varios días, lo que les permite extraer cantidades significativas de oro antes de trasladarse a nuevas áreas.
“Lo que estamos experimentando es preocupante y enfrentamos muchas limitaciones: muy poco apoyo y nula seguridad pública. Necesitamos recursos humanos significativos y equipo para abordar este problema”, agregó Torres.
La magnitud del problema se ve subrayada por el hecho de que el 70% de los arrestados en relación con actividades mineras ilegales en Corcovado tienen órdenes de arresto previas, según el Programa de Prevención, Control y Protección.
El Ministro de Seguridad Mario Zamora ha enfatizado que el oro extraído ilegalmente no permanece en el área. En su lugar, es transportado a otras partes del país e incluso a países vecinos como Nicaragua y Panamá, donde entra en mercados internacionales.
El daño ambiental causado por estas actividades criminales en Corcovado es incalculable, con vastas áreas de bosque siendo destruidas y los hábitats de la vida silvestre siendo dañados irreparablemente. La intervención inmediata es crucial antes de que este ecosistema único e irremplazable sufra un daño irreversible.
