¿Por qué la Parada de Faroles? :

Why the Lantern Parade? :

Cuando estaba creciendo, los faroles, las linternas hechas a mano que simbolizaban el viaje del siglo XIX que trajo el mensaje de la independencia centroamericana a Costa Rica, eran construcciones simples, hechas de papel, como un acordeón rojo, blanco y negro con una vela adentro. Normalmente los hacíamos en la escuela durante los preparativos para el festival cívico que marca el Día de la Independencia de Costa Rica el 15 de septiembre.

Hoy en día, los faroles vienen en todas las formas y tamaños. Grandes escudos con la bandera de Costa Rica destacados por brillantes reflectores; hay elaboradas “casitas típicas” y grandes carretas tan pesadas que el poste del farol apenas puede sostenerlas.

En las tradicionales paradas de hoy, incluso puedes encontrar grandes balones de fútbol convertidos en faroles, faroles con luces de discoteca, y la temida Pitufina, o Pitufos, por lo general.

La verdad es que en Costa Rica, cualquier excusa es buena para montar un “molote”, o multitud, y como es tradición, en la noche del 14 de septiembre los niños salen a las calles con sus padres para iluminar la noche con sus faroles.

Pero, ¿por qué hacemos esto?

La versión más conocida de cómo surgieron las paradas de faroles se centra en una mujer guatemalteca llamada María Dolores Bedoya. Según cuenta la historia, en medio del movimiento independentista centroamericano, Bedoya salió en la noche del 14 de septiembre de 1821 en lo que ahora es Antigua, Guatemala. Con un farol en la mano, llamó a los residentes del pueblo a reunirse en la plaza para abogar por la independencia.

En ese momento, los legisladores de las provincias de Guatemala se reunían en Antigua, que era la ciudad más importante de Guatemala.

Los habitantes del pueblo se reunieron en la plaza con faroles toda la noche y hasta la madrugada, esperando una decisión de los legisladores. Finalmente, el 15 de septiembre, se firmó el acta de independencia, declarando la liberación de Centroamérica de España. Fue entonces cuando los chapines (guatemaltecos) comenzaron a gritar: “¡Viva la patria! ¡Viva la libertad!”

Costa Rica pertenecía al consejo de León, Nicaragua, y nadie aquí realmente sabía lo que estaba sucediendo en ese momento. No fue hasta el 29 de octubre cuando llegó una carta a Cartago, al este de la actual capital de San José, informando a los costarricenses de la noticia de la independencia.

Desde entonces, los faroles se han convertido en una decoración tradicional para conmemorar los eventos. Después de la guerra de 1948 en Costa Rica, los líderes políticos decidieron revivir los “valores patrióticos” del país, y para promover las paradas de faroles, pidieron a los maestros que motivaran a sus comunidades a hacer faroles y ofrecer premios para los más bonitos.

En 1953, Manuel Ureña fue nombrado director de las escuelas de San José, y declaró el 14 de septiembre a las 6 p.m. como la hora y fecha oficial para las paradas de faroles en todo el país.

Desde entonces, la fabricación de faroles se ha convertido en una tradición. Como los recuerdo, los faroles se hacían con tijeras, pegamento, cartón y papel de seda en la mesa de la cocina, y siempre a último momento. Puede que hayan sido un poco irregulares, arrugados y desordenados en ese entonces, pero eran auténticos.

Publicado originalmente el 14 de septiembre de 2014.

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