El sector turístico de Costa Rica ha manifestado preocupaciones sobre el aumento de la violencia en el país y su impacto en la imagen internacional. Un reciente artículo del New York Times destacó cómo Costa Rica, antes considerado un destino turístico paradisiaco, se ha convertido en un imán para el tráfico de drogas. Durante años, el país evitó el destino de muchas otras naciones latinoamericanas plagadas por el crimen y los asesinatos, pero la situación ha cambiado.
El artículo ha generado reacciones en varios sectores, con muchas personas expresando preocupaciones sobre cómo se retrató el problema. Sin embargo, el gobierno minimizó tanto el informe como la situación del país.
Rubén Acón, presidente de la Cámara de Turismo de Limón, enfatizó la necesidad de medidas más contundentes por parte de las autoridades para abordar los problemas de asesinatos y tráfico de drogas.
“El país debe entender que para resolver esto, tenemos que declarar la guerra al tráfico de drogas. No puede manejarse como lo ha hecho hasta ahora; los traficantes de drogas tienen recursos ilimitados”, dijo.
Aunque la violencia relacionada con el tráfico de drogas aún no ha tenido un impacto significativo en la llegada de turistas, los líderes del sector advierten que si la situación no se controla, la tendencia podría revertirse y Costa Rica podría perder su atractivo como un destino turístico destacado.
“Algo tan impulsado por los medios debe tomarse en serio. Necesitamos saber cómo responder, porque esto es una crisis. Es real y está afectando a los turistas”, añadió Tadeo Morales, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Arenal.
El presidente Rodrigo Chaves reconoció el problema del tráfico de drogas, pero afirmó que la respuesta del gobierno ha sido la más fuerte en América Central.
El Ministro de Turismo, William Rodríguez, señaló que, a pesar de las preocupaciones de seguridad, el número de visitantes continúa creciendo, sin impacto directo en el turismo hasta el momento.
“No ha tenido un impacto porque el turismo está creciendo más que el año pasado, que fue nuestro mejor año. Estamos un 13% por encima de los números de 2023. No hay un efecto negativo, pero aún es demasiado pronto para predecir lo que pueda suceder en el futuro”, dijo.
Aunque el gobierno parece restar importancia al problema, aquellos en la industria turística esperan medidas rápidas y efectivas para proteger la principal fuente de ingresos y desarrollo de Costa Rica.
