En horas de la tarde, Rodrigo Arias, presidente de la Asamblea Legislativa, y Carlo Díaz, el Fiscal General, recibieron amenazas de muerte. Además, la oficina de prensa de la Fiscalía General confirmó que su edificio fue evacuado debido a una amenaza de bomba.
Circuló en redes sociales una grabación en la que un hombre afirmaba que el país “se está poniendo mal”, y pedía la muerte de ambos funcionarios públicos. También criticaba a la Fiscalía General y al gobierno.
“Costa Rica se está poniendo mal. El abuso de poder por parte de la Fiscalía General es inaceptable, y la gente está sufriendo demasiado. La democracia de Costa Rica está en el suelo, y están yendo en contra del gobierno. El abuso de poder por parte de cualquier institución pública no debe ser tolerado. El presidente de la Asamblea, Rodrigo Arias, es un bastardo corrupto, y este bastardo Carlo Díaz es corrupto”, decía la grabación.
La grabación continuaba, “Costa Rica va a terminar mal; están a punto de salir a las calles armados”, y agregaba que matar a estos funcionarios era la única forma de “liberar a Costa Rica”.
La Organización de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que se está llevando a cabo una investigación sobre las amenazas. “El caso está bajo investigación y de acuerdo con el Artículo 295 del Código Procesal Penal de Costa Rica, no se pueden proporcionar más detalles”, indicó la OIJ.
Por otro lado, como resultado de la amenaza de bomba, el edificio de la Fiscalía General fue evacuado. Una vez recibida la alerta, todo el personal recibió la orden de abandonar las instalaciones mientras se realizaba una búsqueda. Afortunadamente, no se encontró ninguna bomba.
La Fiscalía General condenó las amenazas, señalando que el incidente ocurrió un día después de que se realizaran 28 allanamientos y detenciones en un caso de corrupción pública. “Este tipo de acto sin precedentes no será tolerado”, dijo la oficina en un comunicado.
El Fiscal General Carlo Díaz, reflexionando sobre sus casi tres décadas en el cargo, enfatizó que muchos grupos poderosos se han sentido incómodos con el trabajo de la oficina, especialmente en casos de delitos de “cuello blanco”, pero aseguró que no se dejarían intimidar.
“En la Fiscalía General, no dejaremos de hacer nuestro deber por miedo a discursos agresivos o amenazas directas o encubiertas de ninguna persona”, dijo Díaz.
