Un par de seguidores costarricenses del equipo de fútbol Liga Deportiva Alajuelense fueron atacados mientras su equipo jugaba contra Comunicaciones de Guatemala. Christian Castro y Evelyn Izaba celebraban su noveno aniversario de boda la noche del jueves. Lo que empezó como un viaje de alegría pronto se convirtió en una pesadilla.
Habían planeado viajar a Guatemala para festejar y se toparon con la coincidencia de que su equipo jugaba allí. Con emoción al verlos jugar fuera de Costa Rica por primera vez, decidieron comprar boletos y asistir al partido. Aunque ambos clubes habían acordado no permitir la entrada de grupos de aficionados organizados para evitar violencia, la pareja no estaba afiliada a ninguno; simplemente querían disfrutar el juego.
“Al no estar seguro de qué entrada utilizar, le pregunté a un guardia de seguridad si era la correcta. Me respondió bruscamente que no podíamos ingresar y le expliqué que no éramos parte de ningún grupo”, mencionó Castro. Fue entonces cuando los problemas comenzaron. Un seguidor rival le lanzó una cerveza a Castro y empezó a insultarlo. Pronto, varios más se unieron, empeorando la situación.
“Éramos alrededor de 15 o 20 personas. No estoy seguro del número exacto. Me agarraron y empezaron a golpearme. Querían mi camisa y suéter” evocó. Aunque Evelyn Izaba intentó escapar, un hombre y una mujer la sujetaron y le propinaron un puñetazo en la cara.
Mientras esto ocurría, la seguridad del estadio llegó pero sorprendentemente ordenó a Castro que entregara su camisa y suéter a los atacantes. No obstante, la pesadilla no acabó allí. Cuando más personal de seguridad llegó y ayudó a la pareja a escapar a otra zona del estadio, se encontraron con las puertas de salida cerradas. En una de las entradas, otro seguidor de Comunicaciones se acercó a Castro, lo insultó y le golpeó en la cabeza con un tubo de aluminio de tres metros, dejándolo aturdido y herido.
“Después me metieron en una ambulancia y nos mantuvimos ocultos por dos horas. Nos dijeron que nos estaban buscando y pidieron que no encendiéramos nuestros celulares”, contó Castro. El personal de seguridad culpó a Castro por el incidente, argumentando que no debía estar en el estadio. Desesperado, Castro contactó con el cónsul de Costa Rica, quien coordinó con altos mandos policiales para evacuarlos. Finalmente, fueron escoltados por una patrulla al hospital San Juan de Dios.
