Los microplásticos amenazan las playas y ecosistemas marinos de Costa Rica:

Microplastics Threaten Costa Rica’s Beaches and Marine Ecosystems :

En las playas del Pacífico y del Caribe de Costa Rica, está emergiendo una crisis ambiental: los microplásticos. Estos diminutos fragmentos de plástico, que provienen de desechos marinos y productos de consumo, representan una creciente amenaza para los ecosistemas marinos y la salud humana. Este es el enfoque de “Bajo la Arena: El Impacto de los Microplásticos”, un estudio que mapea la distribución de los microplásticos mientras aumenta la conciencia pública e impulsa la participación ciudadana en la mitigación del problema.

Este estudio pionero, respaldado por el Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR), se alinea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en concreto con el Objetivo 14, que tiene como objetivo conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos.

CIMAR inició su investigación en 2021, financiada por la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica. El proyecto examina 8 playas en ambas costas del Pacífico y del Caribe, analizando y comparando la presencia y distribución de los microplásticos en estas regiones.

Se realizan trabajos de campo, muestreos regulares y análisis de laboratorio utilizando técnicas avanzadas para separar y cuantificar los microplásticos. Costa Rica genera 4,000 toneladas de residuos sólidos diariamente, con un 11% de ellos consistiendo en plástico. Puntarenas, en la costa del Pacífico, ha registrado la mayor concentración de microplásticos por metro cuadrado.

La abundancia de microplásticos varía ampliamente de playa a playa y entre costas; incluso playas cercanas pueden mostrar diferencias significativas en las cantidades encontradas. Los muestreos revelan que las fibras sintéticas y los residuos de redes de pesca son prominentes, así como las micropartículas de menos de 1 milímetro.

En el océano, estos microplásticos son ingeridos por una variedad de organismos marinos, desde el plancton hasta los mamíferos grandes, lo que provoca obstrucciones digestivas, intoxicación y cambios de comportamiento. Los microplásticos en la cadena alimentaria también representan riesgos para la salud humana, ya que los mariscos contaminados llegan a los consumidores.

Los plásticos comunes como el polietileno (HDPE/LDPE), polipropileno y poliestireno resisten la degradación y se acumulan en los ecosistemas, donde dañan a los animales y perturban la cadena alimentaria. En los seres humanos, la exposición a estos plásticos se ha relacionado con problemas de salud como trastornos endocrinos e inhibición del sistema inmunológico.

“Nuestros pequeños cambios, sumados, pueden tener un gran impacto. Juntos, podemos proteger nuestros ríos y océanos, asegurando un futuro más limpio y saludable para las generaciones venideras. El momento de actuar es ahora”, concluyó el estudio.

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