Nicaragua anunció este viernes que romperá relaciones diplomáticas con Israel, un país que el gobierno de Daniel Ortega había estado criticando por su guerra contra el movimiento islamista palestino Hamas en Gaza.
La decisión es principalmente política y simbólica, ya que los intercambios entre ambos países son casi inexistentes y Israel no tiene un embajador residente en Managua.
“Nuestro Presidente ha instruido al Ministerio de Relaciones Exteriores de la República para […] proceder a la ruptura de relaciones diplomáticas con el gobierno fascista y genocida de Israel,” declaró la Vicepresidenta Rosario Murillo, esposa del gobernante de izquierda, a los medios progubernamentales de Managua.
Ella afirmó que el gobierno tomó la decisión “cumpliendo con una solicitud del Parlamento Nacional,” controlado por seguidores de Ortega, que aprobó una moción este viernes solicitando la ruptura de relaciones con el estado hebreo.
“Es muy probable que en las próximas horas se conozca el decreto que garantiza el cumplimiento de esa instrucción” de romper las relaciones bilaterales, añadió Murillo. Israel y Nicaragua habían restablecido relaciones diplomáticas el 28 de marzo de 2017, después de que Ortega las rompiera en 2010.
Managua también había cortado relaciones diplomáticas con Israel en 1982, durante el gobierno revolucionario sandinista liderado por Ortega tras la revolución de 1979. Israel no tiene un embajador residente en Managua, sino uno concurrente basado en San José.
