El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) ha emitido 57 licencias para el cultivo y la producción de derivados de cáñamo. La primera licencia se otorgó el 8 de noviembre de 2022, y la última el 3 de septiembre de 2024. Estas licencias tienen una validez de seis años. Según datos del MAG, la mayoría de las licencias se han emitido en San José y Guanacaste.
Después de que la ley que permitía el cultivo de cáñamo entrara en vigor a principios de 2022, la empresa Ingenio Taboga obtuvo el primer permiso. Dos universidades públicas, la Universidad Nacional (UNA) y el Tecnológico de Costa Rica (TEC), también solicitaron licencias para realizar investigaciones.
La UNA fue la primera institución educativa en obtener una licencia de este tipo en agosto de 2023. A partir de ese momento, el MAG informó que la universidad se enfocaría en la investigación, con el objetivo de estudiar el desarrollo y las propiedades de los componentes del cáñamo. Entre otros objetivos, la investigación buscaba validar técnicas para modular procesos fisiológicos en el cultivo de cáñamo, basándose en dos variedades de Canadá.
“En este momento, apenas estamos empezando. Lo que está claro es que a medida que los actores estatales, empresariales y académicos colaboren de manera más efectiva, podremos catalizar el proceso y avanzar mucho más rápido”, dijo Jorge Herrera, Vicerrector de Investigación de la UNA.
La UNA firmó un acuerdo con “Más Verde”, una empresa dedicada al desarrollo de la industria del cáñamo en Costa Rica. El objetivo es crear e implementar la infraestructura necesaria para impulsar la producción de cáñamo en Costa Rica. Posteriormente, empresas de otros países establecerán operaciones en el país (principalmente en Guanacaste y la Zona Sur) para procesar el rendimiento del cultivo, operando bajo el modelo de zona franca.
Roy Thompson, presidente de la Cámara de Cáñamo y Cannabis, señaló el crecimiento en el número de licencias emitidas, pero señaló que el país aún está lejos de alcanzar la meta establecida en la ley de 10,000 licencias.
“Lo que creo es que tenemos que dar pasos antes de correr. Necesitamos construir infraestructura de prueba y procesamiento para que varios actores y empresas puedan integrarse en el sistema y producir según estándares y requisitos”, dijo.
Thompson también señaló que la producción actual de cáñamo en el país es muy baja. Estos pequeños proyectos, que abarcan dos o tres hectáreas, se centran principalmente en la producción de aceite o la extracción de CBD con fines medicinales.