En Estados Unidos, Halloween se ha convertido en la segunda festividad comercial más importante, generando miles de millones en ventas anualmente. Mientras muchos costarricenses han adoptado esta tradición, otros la rechazan por considerarla antipatriótica o incluso anti-católica. Sin embargo, las raíces de esta controvertida festividad no son ni americanas del Norte ni están alejadas del ámbito cristiano.
Halloween nació de los Celtas, quienes poblaron lo que hoy es el Reino Unido, Irlanda y el norte de Francia hace más de 2,000 años. En el calendario Celta, el 1 de noviembre marcaba el inicio del nuevo año y la temporada de invierno.
Los Celtas celebraban su nuevo año el 31 de octubre con una festividad conocida como Samhuinn o Samhain (pronunciado sow-in), que significa “fin del verano”. Sus inviernos duros a menudo traían oscuridad prolongada, hambre y muerte, condiciones que los Celtas atribuían a los espíritus del mundo de los muertos y los no nacidos que visitaban la tierra en la noche del 31 de octubre.
Los Celtas creían que en esta noche, el velo entre este mundo y el otro se adelgazaba lo suficiente como para permitir a los sacerdotes Celtas, conocidos como Druidas, practicar la adivinación. En esta noche, los Druidas encendían grandes hogueras alrededor de las cuales los Celtas se reunían para adivinar su fortuna, vistiendo cabezas y pieles de animales, sus versiones de nuestros disfraces de Halloween actuales.
En los años 800, después de que los Romanos conquistaran y trajeran el Cristianismo a las tierras Celtas, el Papa Bonifacio IV proclamó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, en lo que muchos creen fue un intento de substituir la festividad de Samhain con una celebración de la iglesia en honor a los santos y mártires.
La palabra “Halloween” deriva del inglés medio Alholowmesse, que significa Día de Todos los Santos, también conocido como Todos los Santos o Todos los Santos Misa. El 31 de octubre empezó a ser llamado Víspera de Todos los Santos y finalmente, Halloween. El truco o trato surgió después de que la iglesia designara el 2 de noviembre como Día de Todos los Fieles Difuntos o Día de los Muertos.
En las celebraciones tempranas del Día de Todos los Fieles Difuntos en Inglaterra, las personas necesitadas pedían comida y las familias les entregaban “tortas de alma” a cambio de oraciones por sus parientes fallecidos. La iglesia promovió esta práctica para eliminar la tradición de dejar vino y comida para apaciguar a los espíritus errantes. La práctica de vestirse con disfraces evolucionó a partir de la festividad de Samhain. Las personas tenían miedo de encontrarse con los espíritus que visitaban la tierra en la noche del 31 de octubre.
Se disfrazaban con máscaras y disfraces para que los espíritus los confundieran con otros fantasmas y no los identificaran como humanos. ¡Esperamos que tengas presente esta breve lección de historia sobre Halloween, que te mantengas seguro y te diviertas!