La antorcha olímpica ha llegado al espacio, a las profundidades del mar, al Polo Norte e incluso ha escalado el Monte Everest. Mientras la antorcha de 2024 cruza Grecia antes de dirigirse a Francia, echemos un vistazo a algunos de los momentos más dramáticos de relevos pasados.
Fuegos encendidos
Uno de los actos más memorables relacionados con la parafernalia de la antorcha se remonta a 1956 antes de los Juegos de Melbourne, cuando un estudiante universitario australiano llamado Barry Larkin engañó a la multitud con una antorcha casera coronada por unos calzoncillos en llamas.
Larkin logró llevar su antorcha —una pata de silla de madera coronada con un recipiente de pudín de metal cubierto con la ropa interior ardiente— por las escaleras del Ayuntamiento de Sídney y entregársela al alcalde de la ciudad, Pat Hills, vitoreado por decenas de miles de espectadores.
Jaguar fugitiva
Un jaguar de 17 años llamado Juma fue exhibido con cadenas para tomar fotos mientras la antorcha pasaba por la Amazonia en el norte de Brasil antes de los Juegos de Río en 2016.
Pero Juma escapó de sus cuidadores y cuatro dardos tranquilizantes no lograron detenerlo. Después de amenazar a un veterinario, los soldados abrieron fuego contra el jaguar y abatieron al animal.
Drama del caldero
El clímax del relevo —el encendido del caldero olímpico— no siempre ha transcurrido sin contratiempos. En Seúl en 1988, decenas de palomas liberadas anteriormente en la ceremonia de apertura se posaron en el caldero. Cuando se encendió la llama, varias de las aves fueron incineradas, para horror de los espectadores presentes.
En 1996 en Atlanta, los espectadores de todo el mundo contuvieron el aliento mientras la súper estrella del boxeo Muhammad Ali momentáneamente venció su temblor debido a la enfermedad de Parkinson para levantar desafiante la llama olímpica y luego bajarla lentamente para encender el caldero.
En Barcelona en 1992, el arquero paralímpico Antonio Rebollo disparó una flecha encendida hacia el caldero de siete plantas de altura para encender la llama. Mientras volaba sobre el caldero, el gas de un jet en su interior encendió la llama.
La flecha quemada aterrizó seguramente en un arenero.
Protestas acaloradas
El relevo de la antorcha ha sido objeto de varias protestas, especialmente durante la antesala de Pekín 2008, cuando los manifestantes criticaron a China por su política con el Tíbet.
Las protestas comenzaron tan pronto como la llama se encendió en la antigua Olimpia y persiguieron al relevo a lo largo de su trayecto hasta China, especialmente a medida que pasaba por Londres, París y San Francisco.
En Japón, los monjes de un antiguo templo budista renunciaron a acoger una ceremonia de la antorcha debido a la represión china en el Tíbet.
Sin aplausos, por favor
A los fans extranjeros se les prohibió asistir a Tokio 2020 para limitar el riesgo de infección por Covid-19 cuando los Juegos finalmente comenzaron en 2021 después de un año de retraso.
El relevo de la antorcha marcó el tono de los juegos contenidos, con secciones públicas del relevo canceladas en áreas con alta incidencia de casos de virus, incluida la etapa final en la capital de Japón.
En las áreas donde se permitía a los espectadores enmascarados reunirse, se les dieron estrictas instrucciones de no gritar ni aplaudir, por temor a propagar el virus a través de su saliva. El honor de encender el caldero en un estadio de Tokio extrañamente vacío recayó en la estrella del tenis Naomi Osaka.
