El martes por la tarde, un autobús se incendió frente a la gasolinera Delta, cerca de la rotonda Juan Pablo II. El autobús pertenecía a la empresa Busetas Heredianas, que había salido de Heredia y se dirigía a San José, transportando a 40 personas.
Los bomberos llegaron rápidamente al lugar y lograron controlar eficazmente las llamas. Varios oficiales del cuerpo de bomberos evitaron que el incendio se propagara a las instalaciones de la gasolinera utilizando arena seca y otros materiales.
“Cuando vimos humo saliendo de la parte delantera, y vimos al conductor extinguirlo con un extintor, empezamos a entrar en pánico”, dijo uno de los pasajeros.
Según el Consejo de Transporte Público (CTP), el vehículo circulaba sin tener al día la inspección técnica, la cual, en el caso de vehículos de transporte público, debe realizarse cada seis meses.
Freddy Carvajal Abarca, director interino del CTP, indicó que hace unos años, se retiró la operación de la empresa debido a múltiples irregularidades. Sin embargo, la medida no es firme, ya que la implementación del acuerdo del Consejo depende de la resolución de una medida cautelar por parte del Tribunal Contencioso-Administrativo.
El CTP advirtió que los usuarios de esta ruta están expuestos a “inseguridad y riesgo eventual” debido a las condiciones operativas actuales de la empresa.
“Este consejo no puede ni debe asumir responsabilidad por un eventual accidente que afecte la vida de los usuarios del servicio en esta ruta y ha realizado esfuerzos repetidos para resolver de forma definitiva el proceso 23-002757-1027-CA, pero desafortunadamente, esto no ha sido posible”, dijo el CTP.
Según las inspecciones realizadas por el CTP, la empresa ofrece el servicio con solo 14 de las 48 unidades autorizadas, presenta una tasa de incumplimiento del 35% en los servicios y utiliza autobuses más allá de su vida útil operativa, con rampas en mal estado y unidades sin inspección técnica vehicular o derechos de circulación.
El CTP incluso afirmó que la empresa operaba con un autobús con placas pertenecientes a otro vehículo, el cual fue confiscado por la Dirección General de la Policía de Tránsito.
Uno de los pasajeros a bordo del autobús que se incendió detalló que, en medio de la emergencia, la puerta trasera no se abría, lo que generó exasperación entre los pasajeros.
