Esta semana, funcionarios del Área de Conservación Tortuguero (ACTo), parte del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), rescataron una orca pigmea (Feresa attenuata) que estaba varada en el Parque Nacional Tortuguero. Según especialistas en monitoreo de cetáceos, este es el primer registro de esta especie en el Caribe costarricense. Estos animales suelen vivir lejos de la costa, en aguas profundas, por lo que la observación es altamente inusual.
Los funcionarios del SINAC que documentaron la observación notaron que el comportamiento del animal era anormal y sospecharon que la varada podría deberse a una enfermedad.
“Continuaron monitoreando al animal. El jueves por la tarde, se informó que la orca volvió a quedar varada, pero esta vez ya no estaba viva”, explicó el SINAC.
“Se realizará una autopsia para determinar la causa de la muerte de esta orca, además de otros estudios, ya que esta especie es muy rara”, confirmaron las autoridades. En caso de avistar vida silvestre con comportamiento anormal, herida o varada, se debe evitar el contacto con ellos y alertar a las autoridades de SINAC. Si se encuentra dentro de un Área de Vida Silvestre Protegida, notifique a los guardaparques.
La orca pigmea tiene un tamaño promedio entre los delfínidos y puede confundirse fácilmente en el mar con otras especies, especialmente con el delfín cabeza de melón (Peponocephala electra). Tiene un cuerpo esbelto, con la parte anterior del cuerpo más robusta que la posterior. Un adulto mide entre 2.1 y 2.6 metros de largo y pesa entre 110 y 170 kg. La coloración varía de gris oscuro a negro con marcas pálidas en el vientre y algunas manchas blancas en la cara. Generalmente es una especie difícil de acercarse.
La especie habita en aguas tropicales y subtropicales alrededor de la circunferencia de la tierra entre 40°N y 35°S. Generalmente no se acerca a las costas, excepto en algunas áreas con aguas profundas cerca de la costa.
Hay poca información disponible sobre la población global, pero en general, parece ser poco común.
