La Municipalidad de San Rafael de Heredia en Costa Rica busca reducir las áreas pavimentadas para dar paso a árboles, creando así espacios más naturales. En alianza con la Transición hacia una Economía Urbana Verde (TEVU), está llevando a cabo un proyecto en los alrededores de la iglesia de San Rafael donde maquinaria está trabajando para remover bloques de pavimento y dar espacio para plantar 39 árboles y vegetación pequeña.
Los árboles que se plantarán tienen una altura promedio de 1.5 a 2 metros, y se espera que crezcan hasta 8 metros en un período de 5 años. Se espera que este tipo de proyecto también se lleve a cabo en el centro de San José, cerca del Museo de los Niños, así como en Alajuela y Oreamuno de Cartago.
“Es un hito que implica una reevaluación del entorno urbano. Despavimentar libera la tierra, reemplazando las estructuras urbanas de concreto y asfalto por elementos naturales”, explicó Fernando Rodríguez de TEVU. La idea de reemplazar concreto y asfalto por elementos naturales como plantas y tierra ayuda a reducir el calor en las ciudades y mitigar el riesgo de inundaciones, según los expertos.
“Ayuda en la infiltración del agua de lluvia, lo que reduce el riesgo de inundaciones, especialmente en áreas altamente pavimentadas. Además, la adición de vegetación reduce el efecto de islas de calor generadas por el pavimento urbano”, comentó Sofía Richmond, arquitecta de TEVU.
Otro beneficio importante es que la introducción de árboles nativos promueve la biodiversidad y fortalece las conexiones ecológicas. En Costa Rica y en el resto del mundo, las temperaturas han aumentado drásticamente, especialmente en verano. Estas iniciativas buscan hacer las ciudades más habitables, beneficiando al medio ambiente y a las personas. La ubicación estratégica de árboles en las ciudades puede ayudar a enfriar el aire entre 2 a 8 grados Celsius, según las Naciones Unidas (ONU).
De igual manera, los árboles grandes son excelentes filtros para los contaminantes urbanos y las partículas finas como polvo, suciedad o humo. Estas iniciativas también buscan mejorar la salud física y mental de quienes viven en la ciudad, ya que la naturaleza reduce la presión arterial y el estrés, y ya se ha demostrado que los espacios verdes, al igual que los espacios azules, brindan múltiples beneficios físicos.
