El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), el Ministerio de Salud y el Ministerio de Agricultura y Ganadería han iniciado un programa de muestreo de agua en el área norte de Cartago, donde se detectó la presencia de clorotalonil, un peligroso pesticida prohibido en el país.
Siete equipos técnicos han estado llevando a cabo la primera de las cuatro etapas de muestreo. Se tomarán un total de 226 muestras de agua en 113 puntos de las comunidades de Cipreses, Santa Rosa y San Pablo de Oreamuno, áreas gravemente afectadas por la contaminación de sus manantiales con clorotalonil, un potente pesticida utilizado para el control de enfermedades fúngicas.
Esta iniciativa abarca aproximadamente 8,500 hectáreas y tiene como objetivo obtener datos precisos sobre la calidad del agua, beneficiando a una población de 50,000 personas. “Estamos aquí para iniciar un esfuerzo colaborativo para muestrear fuentes de agua y recopilar datos para identificar posibles contaminaciones”, dijo Mary Munive, Ministra de Salud.
Además, el Ministerio de Salud ha solicitado la colaboración de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para realizar una evaluación de riesgos de los metabolitos. Como medida preventiva, el Ministerio de Salud ha cerrado las fuentes de estas ASADAS por orden sanitaria.
Las instituciones buscan ahora obtener datos precisos sobre la calidad del agua en el área norte de Cartago. Se espera que los resultados de estos muestreos estén listos para octubre. “Basándonos en los resultados, definiremos el camino a seguir”, dijo Juan Manuel Quesada, presidente de AyA.
Los primeros análisis que demostraron la presencia de este pesticida se realizaron en 2021. En 2023, la Corte Constitucional ordenó la prohibición del uso de clorotalonil para garantizar el acceso al agua potable para los residentes de Oreamuno. El presidente Chaves también firmó un decreto para prohibir el clorotalonil en todas sus presentaciones comerciales en Costa Rica.
El clorotalonil es altamente tóxico, especialmente si se inhala. El contacto con la sustancia puede irritar la piel y los ojos, mientras que la inhalación de clorotalonil puede irritar la nariz, la garganta y los pulmones, causando tos, flema y/o opresión en el pecho. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lo ha clasificado como un presunto carcinógeno.
