El presidente de Guatemala ofreció el viernes una disculpa oficial a una de las muchas familias cuyos hijos fueron llevados y adoptados en el extranjero en un mercado negro multimillonario. Osmin Tobar y su hermano J.R. tenían siete y dos años cuando fueron recogidos por funcionarios en un distrito pobre de la Ciudad de Guatemala en 1997, supuestamente por haber sido abandonados.
Tobar fue adoptado por una familia en la ciudad estadounidense de Pittsburgh. Su hermano sufrió un destino similar, aunque se desconoce su paradero. “En nombre del estado… me disculpo públicamente por los eventos de los que fueron víctimas”, dijo el presidente Bernardo Arévalo en un evento en la Ciudad de Guatemala. El papel del estado en el incidente “no tiene justificación”, agregó.
Tobar recibió con agrado la disculpa, que dijo “reconoce errores pasados y señala un compromiso con la justicia y la integridad.” “Esta disculpa es más que simbólica —reconoce el dolor sufrido por los afectados y allana el camino para la curación y el progreso”, añadió el joven de 34 años. Tobar, que tiene esposa e hijo, dijo que la pérdida de identidad lo había llevado a volverse adicto a las drogas y al alcohol.
Dijo que estaba compartiendo su historia “para concienciar sobre la oscuridad del tráfico humano, abogar por leyes que se centren en la preservación de las familias y ofrecer esperanza a los sobrevivientes en las sombras.” Su madre, Flor Ramírez, dijo que había quedado devastada por la separación de sus hijos.
“Como padres sufrimos, pero quienes más sufren son nuestros hijos porque los llevan a un lugar extraño, con una familia extraña”, dijo. Tobar, que ahora vive en Guatemala, se ha convertido en la voz de casi 28,000 niños de la nación centroamericana que fueron víctimas de tales adopciones en la década de 1990 y 2000.
El suyo fue el primer caso de este tipo escuchado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y llevó a un fallo en contra de Guatemala en 2018 que allanó el camino para la disculpa oficial. Antes de que Guatemala pusiera fin a la práctica en 2007, aproximadamente 5,000 niños eran ofrecidos en adopción cada año, mayormente por parejas estadounidenses que pagaban alrededor de $50,000, según grupos de derechos humanos.
En total, se estimaba que las adopciones generaban alrededor de $250 millones al año.
