Una rara flamingo americana fue avistada por primera vez en Costa Rica

Rare American Flamingo Spotted in Costa Rica for the First Time

Un visitante inusual hizo una aparición en Moín el sábado: se avistó un flamenco americano (Phoenicopterus ruber) en la playa, reapareciendo más tarde en la desembocadura del Estero Negro.

Esta ave habita en la costa atlántica de los Estados Unidos, en el Golfo de México y el Caribe, así como en partes de Guyana e Islas Galápagos. No es común encontrarlos en Nicaragua, Costa Rica o Panamá.

“Es la primera vez que se ve en Costa Rica. Es probable que fuertes vientos de huracanes y ciclones que recientemente golpearon la región lo hayan hecho moverse a nuestras costas, como ha ocurrido con otras especies de aves”, dijo Maylin Mora, Directora Regional del Área de Conservación La Amistad Caribe.

El flamenco se alimenta en lagos poco profundos y aguas costeras con niveles altos de sal o alcalinidad, extrayendo su alimento del sedimento limoso en el fondo. Estas aguas ricas en nutrientes sostienen grandes poblaciones de aves como los flamencos, que se alimentan de insectos, camarones, pequeñas plantas, diatomeas y algas.

Con alturas de 1.20 a 1.40 metros, el Flamenco Americano es un ave esbelta. Los machos pesan en promedio unos 2.8 kg, mientras que las hembras rondan los 2.2 kg. Es la especie de flamenco más grande de las Américas y la segunda más grande del mundo, después del flamenco común (Phoenicopterus roseus). Su color varía desde un rosa pálido hasta un carmesí profundo o bermellón, dependiendo de su dieta y de la abundancia de crustáceos ricos en carotenoides.

El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) ha instado al público a mantener una distancia segura del flamenco, evitar molestarlo o perseguirlo, y abstenerse de alimentarlo. Además, se aconseja evitar ruidos fuertes, movimientos bruscos y llevar perros atados a la playa para prevenir posibles disturbios.

Al igual que otras especies de flamencos, el Flamenco Americano migra distancias cortas para encontrar suficiente alimento o cuando su hábitat se ve perturbado. Por ejemplo, niveles de agua elevados pueden dificultar la alimentación, lo que los impulsa a mudarse a otros lugares.

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